La isla de las mariposas: para perderte soñando...

Cuando estaba en la universidad, no acostumbraba a leer “chic-lit” ni nada parecido. No sólo no tenía suficiente con las lecturas obligatorias de mi licenciatura (y eran muchas, la verdad), sino que en mis ratos libres también devoraba lecturas no demasiado sencillas. Ahora todo es diferente: será que no tengo tiempo, que necesito una lectura ligera porque el único momento que tengo para leer es justo antes de quedarme dormida... Lo cierto es que de un tiempo a esta parte estoy disfrutando con libros que nunca pensaba que iba a leer.

Empecé por la típica chic-lit. En sus inicios, me gustaba bastante y me ayudaba a abstraerme, a reírme de todo. Luego, supongo que por la proliferación de autores y de historias parecidas (por no decir prácticamente iguales), empezó a cansarme. Y poco a poco, fui volviendo a mis gustos y mis libros de antes, y más feliz que una perdiz. Hace unos meses, oí hablar de la literatura de “paisaje” (landscape) y pensé que sería otra moda pasajera. Pero no podía evitar leer y releer las sinopsis de los libros de Sarah Lark. Pero no me decidía. Hasta este verano, cuando volví a mi librería favorita de Cambrils, como hago cada año (tradición estival). Nada más entrar, la portada ya me encantó y, cuando lo tuve en mis manos, no lo dudé: tenía que leer esa historia. Y no me arrepiento en absoluto. He disfrutado con La isla de las mariposas de Corina Bomann como hacía tiempo que no lo hacía con un libro. Isabel, la librera, ya me lo advirtió: “te encantará, y querrás repetir con el otro libro de la autora”. Y no se equivocaba.

 

 

Gracias a Diana, conocemos la historia de las hermanas Grace y Victoria Tremayne y los misterios que han envuelto a su familia en los últimos cien años. ¿Por qué me ha enamorado esta, a simple vista, historia banal? Por su prosa, su continuidad, las dos historias narradas paralelamente, el descubrimiento de la personalidad arrolladora de Grace, la maravillosa narrativa paisajística que me ha transportado a Sri Lanka y aún no me ha abandonado... La gente que me conoce ya sabe la atracción que siento por la India, sus gentes, su cultura, sus religiones... Obviamente, la historia de las hermanas es la que más me ha gustado (la de Grace en especial), pero la de Diana tampoco me ha resultado aburrida ni monótona.

Diana nos es presentada como una valiente mujer que, a medida que va investigando y descifrando el pasado de su familia, se va conociendo a sí misma y encontrando su lugar en el mundo. ¿A quién no le gustaría descubrir de repente pistas sobre sus antepasados y, poco a poco, esclarecer todo lo que les aconteció en un pasado reciente? Yo hice un trabajo sobre mis raíces en el instituto y, aparte de que gané el primer premio en investigación histórica, me ayudó a darme cuenta de la fascinación que sentía por este tema.

Es un libro que te atrapa desde la primera hasta la última página. Aunque creas haber descubierto toda la historia pocas páginas antes del final, siempre queda alguna sorpresa por descubrir. Yo lo acabé con lágrimas en los ojos y una sonrisa en los labios. Es una historia deliciosa que recomiendo a todo el mundo. No creo que tarde mucho tiempo en volver a perderme entre sus páginas y revisitar la antigua mansión, la plantación de té, las conversaciones de las hermanas, la descripción de los paisajes... Desde luego que, si todas las novelas de landscape son como ésta o se le parecen, han atrapado a una nueva lectora simplemente por el placer y el disfrute de perderme entre sus páginas y vistas. ¿Mi próxima lectura? Iré compaginando Isabel y algún libro de Sarah Lark seguro. (¿Cuál? Todavía no lo sé). Y no creo que pase mucho tiempo hasta que me decida a comprar El jardín a la luz de la luna... ;)

¡Gracias por estar ahí!

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