Drácula de Bram Stoker: la película

Hoy me apetece hablaros de una de mis películas favoritas: Drácula de Bram Stoker. Rodada en el año 1992 y dirigida por Francis Ford Coppola, fue la “responsable” de que naciera mi pasión por el mito del vampiro literario y por mi querido Keanu Reeves.

Como señala el título, está basada en la novela Drácula de Abraham Stoker y co-protagonizada por mi actriz favorita, Winona Ryder, y un fantástico Gary Oldman. Tiene una banda sonora espectacular que me ha acompañado millones de veces y un vestuario imponente que consiguió un Oscar. Es un film extremadamente visual que recrea toda la belleza, majestuosidad y contradicciones de la época victoriana. Realmente esta película supuso el retorno al éxito de Coppola.

En su momento la calificaron como la mejor adaptación cinematográfica de la novela que se había hecho nunca. La reacción de los críticos, en general, fue positiva (hoy en día ya no tanto), pero desde el principio se cuestionó mucho la fidelidad al argumento de la novela.

Yo puedo deciros que, como gran seguidora que soy de la novela original de Stoker, no me costaría nada encontrar diferencias e infinidad de críticas negativas si comparamos las dos obras, pero prefiero separar los dos campos. Para mí, esta película es magnífica. Si partimos de la base de que está inspirada en la obra del padre del vampiro (pero que no tiene que seguirla a rajatabla porque la literatura y el cine son dos artes claramente diferenciados), que posee excelentes interpretaciones aunque los personajes se desmarquen claramente de los originales, que nos transporta de manera maravillosa con la banda sonora y las imágenes a las épocas que quiere evocar... podremos disfrutar de este film como se merece.

Os dejo con unas fotos que me fascinan. ¡Gracias por estar ahí!