Título: El vuelo de Lena
Autora: Sara Ballarín
Fecha publicación: 06/2018
Páginas: 360
ISBN: 9788491292609
Temáticas: Narrativa romántica,
Erótica
Colección: Femenino singular
Sinopsis
Lena tiene
veintiséis años y vive junto a su padre, un afamado novelista que pasa la mayor
parte del tiempo fuera, y su abuela en una lujosa casa de Madrid. Su vida vacía
y gris se divide entre el trabajo en una tienda de discos, salir con sus amigos
y acostarse de manera intermitente con Daniel. Pero todo cambia el día en que
su padre le hace un regalo que pondrá del revés todo su mundo y que le dará
unas alas que nunca se atrevió a tener: un libro con las memorias de su abuela,
que esta grabó en los que fueron, sin saberlo, los últimos días de su vida.
Sara Ballarín regresa al panorama
editorial con una novela llena de sonrisas y lágrimas, de verdades que duelen,
de realidades que sorprenden y de cadenas que nos atan. El vuelo de Lena
muestra que no podemos vivir anclados en la tristeza y pone voz al legado entre
mujeres, palabras que generación tras generación nos liberan y nos recuerdan
que lo más importante es alzar el vuelo.
MI OPINIÓN
¡Hola a tod@s!!! Hoy vengo a contaros con una sonrisa en los labios que he
tenido el privilegio de disfrutar de esta novela antes de que saliera publicada
gracias a la cortesía de Penguin Random
House (se publica mañana día 14 de junio). Cuando recibí su mail con una
promoción así:
El
vuelo de Lena muestra que no podemos vivir anclados en la tristeza y
pone voz al legado entre mujeres, palabras que generación tras generación nos
liberan y nos recuerdan que lo más importante es alzar el vuelo.
¿Cómo podía
negarme? IMPOSIBLE. Ha sido mi primera lectura de Sara Ballarín y me ha gustado
mucho.😊😊
El libro se
divide en 54 capítulos cortos, y su estructura es muy visual, con narración en primera persona (cuando
habla Lena) e inclusión de las memorias
de su abuela (cuando nos transcribe las partes del diario que va leyendo).
Al principio,
vemos que Lena es una joven de 26
años que está completamente perdida a causa de las desgracias que le han tocado
vivir aún a tan corta edad: la pérdida temprana de su madre, la enfermedad y
muerte de su hermana Mara (su otra mitad), el rápido desenlace de su abuela
(Yayi, que es como una madre para ella), la nula conexión con su padre y la
incapacidad de escribir, su gran pasión. Aparenta que es feliz, sale con sus
amig@s, tiene un amigo especial (Daniel), pero está totalmente rota por dentro:
“Mara era mi
timón en la vida y me lo arrancaron, dejándome solo los brazos de mi abuela
para agarrarme.” (pág. 26)
Cuando su
hermana muere, se queda desgarrada. Sus ganas de amar a otra persona se van con
ella. La única persona con la que puede abrir un poco su corazón es, aparte de
Yayi, Daniel y, más adelante, Lídia, una amiga:
“Hay algo peor
que estar deprimido: estar en ese estado neutro en el que ni subes ni bajas.
Porque eso significa que no vives. Que no te emocionas. Que no te alegras. Y
eso no es vivir, es supervivencia.” (pág. 79)
Para hacerla
salir de esta “sin vida”, Yayi le regala
sus memorias. Lo que no sabe es que Lena empezará a leerlas cuando ella ya
no esté en este mundo:
“Para Lena,
“Cuando mi voz
calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando.” R. Tagore” (Diario de
Yayi, pág. 41)
Así, en la
novela, nos encontramos con dos
historias paralelas: la de Lena y la de Yayi.
A nivel personal, me he enamorado del
personaje de Elena (la abuela o Yayi), y su diario.
Elena es un ser
excepcional. Nació y se crió en una España en la que, por la época y por el
hecho de ser mujer, no podía aspirar a mucho. Pero ella consiguió desarrollar
una personalidad muy diferente a la de las otras mujeres del pueblo y dejar de
lado las habladurías que tanto daño pueden hacer (si nos dejamos). Y en esto
tiene mucho que ver su marido, Andrés, nacido en España pero venido de Francia,
un hombre con mundo e ideas más liberales. Él es siempre su apoyo y consuelo y
quien le abre la puerta a un mundo nuevo, lejos de convencionalismos y
restricciones. El viaje a París que hace con Andrés (y en el que conoce a
Isabel, su cuñada, otra historia conmovedora), le cambiará la vida y su forma
de verla para siempre.
Como su nieta,
Elena se ha enfrentado también a muchas desgracias a lo largo de su vida, pero
en vez de dejarse vencer por el dolor y la autocompasión, decide ser fuerte
para avanzar y seguir adelante:
“Qué error tan
grande ese de cerrarle la puerta a cualquier sentimiento, flor. Solo porque
hayamos tenido circunstancias adversas no significa que las merezcamos y que
debamos cargar con la pena siempre.” (Diario, pág. 86)
“Es algo que
aprendí tras ese primer golpe, Lena: que el tiempo, la rutina y el querer
seguir adelante sin anclarte más de lo necesario en la tristeza no hacen que
duela menos, pero sí que puedas volver a ser feliz a pesar de ello.” (Diario, pág.
107) El dolor te hace más fuerte.
“Por primera vez
en varios años, recé para dar gracias por ser quien era y tener todo lo bueno
que tenía.” (Diario, pág. 209)
“Nunca entenderé
por qué la Naturaleza fue tan caprichosa conmigo, pero intuyo que yo debía
vivir y aprender muchas cosas antes de entregarme a la maternidad.” (Diario,
pág. 337)
¿Para qué sirve, en mi opinión el Diario de
Yayi? Actúa como una catarsis para
Lena, ya que así puede conocerla a fondo a ella y a sus sentimientos al
mismo tiempo que a los suyos. Conoce su historia, sus raíces y también es una
manera de decirle adiós, de dejar atrás las ataduras al dolor y empezar a mirar
hacia adelante.
Entre Daniel y Lena podemos percibir un
lío de sentimientos al principio de la lectura. De ser amigos especiales pasan
a ser pareja para romper poco después. Dani encuentra que el problema de raíz,
siempre proveniente de Lena (aquí discrepo un poco) no se soluciona, porque
ella (según él) vive en un mundo de apatía permanente. Ella piensa
continuamente: “Y yo vuelvo a tener la sensación de no entender nada.” (pág.
247) ¡Cómo te entiendo, Lena! Personalmente, este “ir y venir” de Lena y Dani y
el hecho de que éste le eche continuamente toda la culpa a ella no me ha
acabado de gustar del todo.
A medida que va
avanzando el libro y Lena va profundizando en su dolor para irse curando y
levantando, empieza a escribir de verdad,
sin miedos, y se atreve a confesarle todo lo que siente a su padre:
“¿Por qué me has
dejado sola toda mi vida, papá? ¿Por qué has preferido otros mundos inventados
antes que el tuyo? ¿Por qué en tu intento por huir de tu tristeza te olvidaste
de que dejabas a una niña atrás? ¿Por qué me has inculcado el mido a la
decepción constante y a no contar con los demás?” (pág. 264)
Al final, poco a poco, el círculo se
cierra. Era lo que le hacía falta a nuestra protagonista para poder evolucionar:
“Cuando Mara
murió pusiste punto y final a tu vida y solo estaba en período de transición y
asimilación de una tragedia. Cerraste con llave la puerta de la evolución y ese
punto y final no te ha dejado avanzar. Pero no hay punto y final hasta que nos
morimos, Lena, así que no lo escribas nunca más. Avanza y deja que tu vida sea
siempre un continuo punto y seguido.” (Diario, pág. 360)
Los últimos párrafos me parecen una
preciosidad:
“(…) miro hacia
el cielo satisfecha, sintiendo una inesperada calma, como si mi madre, mi
abuela y Mara me miraran desde lo alto y estuvieran diciéndome adiós, dejándome
marchar. Así se cierra el círculo, mis fantasmas se van y se abre paso un nuevo
ciclo lleno de ilusiones que no me quiero perder.” (pág. 370)
“Porque ahora sé
que cada día es una página en blanco que solo nosotros escribimos y no es
necesario saber qué pasará para disfrutar de lo que ocurra hoy.” (pág. 370)
En resumen,
que es un libro que os recomiendo,
porque está lleno de sentimientos, ternura, valentía, amor, aprendizaje y de la
idea, tan necesaria, de que la vida es un cambio constante y de que, aunque no
la veamos por el dolor y los traumas, siempre nos quedará una nueva puerta que
abrir.
Muchas gracias a
Penguin Random House y a Sara por este
magnífico ejemplar y a vosotr@s por leerme.
¡Un abrazo y
hasta pronto!