Autora: Mercedes Pinto Maldonado
Formato: Versión Kindle
Longitud de impresión: 274
Editor: Amazon Publishing (27 de
septiembre de 2016)
Idioma: Español
ASIN: B01GFMNT72
Resumen
En la esperada segunda parte de Cartas
a una extraña, Berta regresa a Londres para recuperar su vida, sobrecogida
aún por lo sucedido tras la muerte de su madre.
Ahora no solo sabe quiénes eran en realidad su madre, su hermana y su
querida tata, sino que también ha descubierto que tiene una sobrina de nueve
años y conocido las mieles de un amor imposible plasmado en las cartas de un
desconocido, un pintor misterioso que vive junto a un lago en Estados Unidos y
al que finalmente pudo ver por un instante en París.
Berta no tardará en darse cuenta de que su rutina londinense ha perdido
todo sentido, no puede olvidar al pintor ni a la sobrina que ha dejado atrás;
en España aún le quedan tareas por concluir. Es entonces cuando decide regresar
de nuevo y empezar de cero para recuperar el tiempo perdido y sanar las heridas
que aún siguen abiertas. Pero el peligro que la persiguió en el pasado vuelve a
acechar sus pasos a la espera de dar el zarpazo definitivo.
MI OPINIÓN:
Hoy os voy a hablar de la
segunda parte de una bilogía. Todo empezó con Cartas a una extraña (podéis ver mis reseñas aquí
y aquí)
y Mercedes, a petición de sus lectores, ha querido crear su continuación con Mensajes desde el lago. Si con el primer
libro disfruté como una enana, este segundo le ha dado el broche de oro a la
magnífica historia de Berta. Pero vamos por partes.
Primero de todo, me gustaría dar las gracias a Laky, Tatty y Albanta por organizar esta lectura
conjunta y, sobretodo, a Mercedes, por su generosidad y amabilidad ofreciéndome
un ejemplar digital de la obra. La verdad es que lo he dicho muchas veces, pero
no me cansaré de repetirlo: hay pocos autores que mimen, valoren y tengan tanto
en cuenta a sus lectores como ella. Es un amor.
En la
portada del libro, lo primero que nos llama la atención es la poderosa
sombra de Berta llenando todo el espacio, mirando al chico del lago. Este
chico, que intuímos que no es otro que Saúl, está encima de una barca, remando,
y la niebla lo envuelve… Es sencillamente una portada preciosa que guiña un ojo
al lector que ya ha vivido la historia de Cartas
a una extraña.
La novela se compone de 32 capítulos en el que el tiempo presente y el pasado se van
intercalando en cada uno. Así, Berta es la protagonista absoluta de los
impares, continuando su historia desde julio del 2014 (justo donde se acabó la
novela anterior); y Saúl lo es de los pares, empezando su narración en el 2007.
Nada más empezar encontramos a Berta desubicada, a punto de coger un
avión con destino a Londres y muy molesta con Alfonso, el detective, por la
información que sale a la luz que le ocultó en su momento. Al estar todo
narrado en primera persona, podemos
profundizar mejor en sus pensamientos y sentimientos. En la capital británica,
conocemos a Mary, su mejor amiga. Y aquí es cuando llega el capítulo 3, que
no me ha gustado demasiado. He notado la escritura un poco forzada para
poder hacer encajar un resumen de lo ocurrido en el primer libro.
Personalmente, hay un diálogo entre las dos chicas que o bien abreviaría o
directamente quitaría porque, si te has leído el libro anterior, no hace
ninguna falta (y realmente recomiendo encarecidamente la lectura de Cartas a una extraña antes de Mensajes desde el lago.) Se puede volver
incluso un poco pesado. Es el único pero que le he encontrado a esta segunda
parte y, en comparación a lo mucho que me ha gustado, se queda en nimiedad…
Nuestra protagonista ha vuelto distinta de Madrid a raíz de todos los acontecimientos sufridos. Ya
no siente ilusión ni por su querido restaurante:
“Ya no deseo ser la protagonista de mis proyectos.
Todo me parece la conquista de una mujer que se volatizó el día que abrió la
primera carta de Saúl.”
Y es que ella sigue
obsesionada con el pintor (obsesión que a veces no he terminado de entender
del todo pero que encuentro sumamente romántica). No puede dejar de pensar en él.
Y de repente, ya desde el principio, vuelven las persecuciones, los misterios, las intrigas y los peligros para
Berta. Cuando el cuadro que le regaló Saúl en la exposición aparece
acuchillado, nuestra chica se nos presenta cansada,
desolada, aterrada y terriblemente preocupada. Suerte que esta vez tiene a
Mary a su lado, a Alfonso (que se ha convertido en un gran amigo y protector) y
al gatito Aris, que vuelve a tener su pequeño protagonismo en esta segunda
parte. Vivimos una huída frenética a Cornualles, después a Madrid… hasta que
desaparece Alfonso. Conocemos por fin a la pérfida Yolanda, la horrible hermana de Berta, que se aparece ante el
lector como un personaje odioso a más no poder. En medio de interrogaciones
policiales (Berta se ha vuelto sospechosa), aparece Alfonso sano y salvo pero
con una horrible noticia: Saúl ha muerto
y nuestra protagonista se queda devastada.
A partir de este momento ya no quiero contar nada
más de la trama principal. Sólo pido que os fijéis en un personaje que vuelve a
aparecer en esta segunda parte de la bilogía y que poco a poco irá cogiendo más
y más fuerza: se trata de Teresita,
la hija de Yolanda. Se convertirá en un personaje muy importante del libro y
muy querido por todos.
Pero mientras tanto, ¿qué ha sido de la historia de Saúl desde el 2007?
En esta novela, su narración, también en primera persona como la de Berta, se
vuelve totalmente intimista y muy
cercana y llegamos a conocerle muy bien. Saúl continúa escribiendo, pero ya
no lo hace en cartas, sino en una libreta. Al principio del capítulo 2, vemos a
un personaje desengañado, triste y
apático. Y es que no es para menos, con todas las cosas que le están
pasando: Dylan, su mejor amigo, ha muerto en un accidente de tráfico; retoma su
relación con Nadia, que se convierte en un infierno sobre la tierra; y como
consecuencia de diversos motivos, acaba viviendo en la calle, siendo un
“homeless”.
En esta etapa de su vida, es fundamental la ayuda
y el apoyo que recibe de su amigo Levi y posteriormente de su marchante y
figura paterna Martin. Le acompañamos en la dureza de la supervivencia, en la enfermedad, pero también en la
amistad y la lealtad de sus compañeros, que están en las mismas circunstancias
que él.
Me gustaría destacar que toda esta etapa está
explicada por la autora con un respeto y
mimo absolutos que me han puesto la piel de gallina en muchos momentos. Me
ha encantado la importancia del arte y
la sensibilidad que les ha otorgado a estas personas que no tienen un techo
sobre el que cobijarse. He vivido con Saúl la angustia de sentirse siempre perseguido, de tener que estar siempre
escondiendo su verdadera identidad…
“No se puede poner límites a la amistad ni puertas
a la inspiración. No hay afecto más sincero que el que se tiene por un amigo,
ni obra más hermosa que la que nace en libertad.” (Canción de Levi para Saúl)
“Pintaba para no morir o, mejor dicho, sobreviví
porque la pintura no me permitió morir.” (Saúl)
Los escritos de nuestro artista llegan hasta el
día de la exposición de París… Por fin sabemos qué sintió al saber que había
alguien que después de tantos años había leído y contestado sus cartas,
apoyándole y creyendo en su inocencia. Por fin sabemos qué sintió al conocer a
Berta… :D
Y bueno, paro aquí porque me está saliendo una
reseña muy larga. Y es que es lo que pasa cuando un libro te gusta (y te llena) tanto. En resumen: Mensajes desde el lago es una digna
sucesora de Cartas a una extraña, con
una maravillosa pluma, preciosamente
escrita, que desprende amor por sus personajes desde la primera hasta la última
página. Conseguimos conectar de una manera brutal con Berta y Saúl. Se
devora en tres momentos. Y el final es
espectacular: he acabado llorando a lágrima viva. Lo he definido como
“catarsis lectora”. Para mí, ha rozado
la perfección.
Sólo me falta añadir que, Mercedes, yo también
quiero ir al Lago Crescent. ;)
¡Muchas gracias por leerme y un beso gigante!